¡Son la alegría de la vida!

La tristeza, añoranza y la ausencia de los seres queridos que me acompaña en estas fechas (desde hace años) se borra cuando los tres pequeños protagonizan momentos inolvidables como los del día de Navidad.

Fue algo mágico, los tres se pusieron a cantar y a bailar esa canción de "taza, tetera, cuchara, cucharón etc..." ajenos a la mirada de los varios adultos que los contemplábamos.

GRACIAS pequeñajos por hacernos tan felices. Cada uno de ellos tiene su propio estilo: Catu de niña mayor unida al grupo (y disfrazada con ropa de princesas), Paulo como actor de teatro serio y poniendo empeño en hacerlo bien, y el benjamín Diego como cantante de taberna con esa simpatía innata tan característica.
Un besazo enorme para los tres.

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